Honor a ti, Amón Ra, que en No-Amón resides
y recorres dichoso el cielo al orto;
de bienaventurados mil seguido vas
en pos de las ácueas simas celestiales.
Tú eres el Uno oculto, desconocido,
el que no tiene igual, Señor de los dioses,
rico en nombres que no podría enumerar
aún si mis torpes horas fueran las tuyas.
Tu poder se crece mientras Tu Majestad,
segura, avanza hasta dar fin a las horas;
Penetrando incluso en la Tierra de Manu
para volver al lugar que ayer ocupó.
Ten para ti nuestra adoración, Anciano,
puesto que Tú creaste a dioses y a hombres todos
y les concediste ser bajo las formas
que Tu Majestad consideró precisas.
Tú eres aquel cuyo ser todo lo abarca,
entre todos aquel que creó lo que existe,
aquel a quien acuden todos los hombres
y de cuya belleza se regocijan.
Dondequiera me encuentre a mi lado estás;
no hay extensión de la tierra, altura del
cielo ni profundidad del mar en que tu
ba no halla dejado huella sempiterna.
Tus fotones son capaces de excitar en
los más lejanos parajes del espacio
moléculas tan necesarias para la
vida de los seres que Tú mismo creaste.
Cuando Tú brillas son felices los hombres,
las plantas toman de tu energía y nos brindan
la hierba para el ganado y los frutos
para los seres, contigo agradecidos.
Yo te adoro cuando traes sobre Tu frente
la corona Ureret, Señor de ambas
riberas abarcadas por siempre por Tu
Luz que recorre inexpresables distancias.
Eres Jepera, que te creaste a ti mismo,
Gran Escarabajo Sagrado creador de
los dioses; Tú, que te alzaste al principio
sobre los ácueos abismos celestiales.
Tú, Heru-juti-Temu Heru-Jepera,
fortísimo halcón, portador eviterno
de su propio rostro, bello, a causa de
tus dos plumas –altas y sacras diademas.Gracias a I.Rodríguez L.
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