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domingo, 27 de junio de 2010

La BIBLIA, algunos secretos.


RAICES OCULTAS:ELEMENTOS PAGANOS
La religión católica y muchas otras religiones con su libro sagrado, LA BIBLIA, se "asumen" como una superación de las religiones anteriores consideradas paganas, sin embargo, en las escrituras hay curiosas coincidencias con ellas.
Uno de los primeros en advertirlo fue el historiador de la Iglesia Eusebio (260-340). En su obra Historia Eclesiástica asegura que los evangelios del Nuevo Testamento son, en realidad, obras dramáticas de los esenios, un grupo de letrados anteriores a Jesucristo.

Justino Mártir, teólogo del siglo II, dice por su parte que "muchos de los conocimientos antiguos son ahora propiedad de los cristianos", y revela sus dificultades para distinguir a la fe católica cristiana de cultos ajenos y anteriores.

Para Tom Harpur, escritor del libro The Pagan Christ, la evidencia de esas semejanzas es "abrumadora, detallada y muy especifica", y abarca elementos variados: desde la sabiduría védica de la India hasta los mitos nórdicos. Uno de los paralelismos mas interesantes surge de la comparación de la vida de Jesucristo con otras figuras de tradiciones diferentes, como el profeta persa Zoroastro, que nació de una virgen tocada por un rayo luminoso, similar al espíritu Santo. 
 
Otra comparación se establece con la religión egipcia. En una pintura del año 1425 a.C. llamada Amduat se menciona la idea cristiana del Dios encarnado en una figura humana. La historia de un Dios que desciende a la tierra, cobra forma humana, vive una pasión, muere y se levanta de entre los muertos para triunfar sobre sus enemigos y ascender a una esfera superior, es frecuente en las antiguas mitologías.

La imagen de Jesús encuentra equivalencias con al menos 50 figuras previas de múltiples culturas, como Osiris y Horus (Egipto), Adonis, Baco, Orfeo y Hércules (Grecia);Balder y Thor (mitologias nórdicas) y Mitra (Persia), por solo citar algunas.

La gran diferencia de Cristo es la historicidad: mientras esas figuras tuvieron una existencia legendaria, nadie duda de que Jesús haya sido un hombre real.

Otro punto interesante se halla en la transición entre las religiones paganas y la adopción del cristianismo. Por ejemplo, aunque el emperador Constantino adoptó la fé cristiana en 313 a través del celebre Edicto de Milan, él y muchos de sus ciudadanos seguían rindiendo culto a Mitra, el dios del sol. A decir del papa León el grande, en el siglo V los mismos cristianos que acudían a la Basílica de San Pedro, en Roma, adoraban al Sol.

Con respecto a la cruz, es curioso advertir que ya estaba presente en la religión egipcia. Solia ponerse sobre el pecho de las momias o en las manos de los cadáveres como emblema de la encarnación y la vida nueva en el otro mundo.

El hecho de que muchos elementos presentes en la Biblia hayan aparecido antes en otros contextos religiosos no tiene mayor impacto para los católicos. Ni siquiera los historiadores más críticos consideran que estas semejanzas pongan en duda el peso y significado de las tradiciones cristianas. sólo demuestran que la Biblia y la religion católica no surgieron de la nada, que son un producto de múltiples tradiciones previas y que quizá por ello lograron consolidarse para convertirse en algo tan perdurable. 
 
 
EL JARDIN PERDIDO: EL EDEN BIBLICO

En
La Biblia se describe un hermoso jardín que, al inicio de los tiempos, fue habitado por Adán y Eva. Real o imaginario, este paraíso ha intrigado a arqueólogos e historiadores.

Para algunos intérpretes de la Biblia, el Edén es solo un sitio legendario en el contexto del Génesis. Otra corriente asegura que se trata de un lugar real ubicado cerca de los ríos Tigris y Eufrates, en la región de Mesopotamia. Como apoyo a esta teoría se menciona que los sumerios fueron quiénes crearon la palabra edén.

Este vocablo puede tener un origen mucho más remoto. De acuerdo con los historiadores, los sumerios lo tomaron de los ubadianos, un pueblo que habitó la zona entre los años 5500 y 3500 a.C. El término puede traducirse como "llanura fértil" y tal vez está vinculado con la idea de "Dilmun", el paraiso de los sumerios situado por la zona de Bahrein. Aún más, existen varios relatos sobre la creación procedentes de esa zona que guardan semejanzas con el libro del Génesis. 
 
El más destacado es el mito Enuma Elish. En su busqueda de evidencias arqueológicas, los investigadores señalan que las primeras plantas y animales fueron domesticados hace entre 10 y 12 mil años en la zona de Irak, el norte de Siria y sur de Turquia. Alli creció trigo y centeno y se crío ganado. Entre los años 3000 y 4000 a.C. los habitantes de la región desarrollaron sistemas para irrigar los cultivos y dieron forma a ciudades-Estado, reinos y auténticos imperios, como Sumeria.

Ese proceso pudo haber inspirado el relato del Génesis. el investigador Juris Zarins, de la Universidad del Sur de Missouri, Estados Unidos, afirma que el Edén se encontraba en una zona del Golfo Pérsico hoy cubierta por agua. Otro posible ubicación es el área de la peninsula arábiga cerca de Kuwait. Por su parte, el arqueólogo británico David Rohl lo sitúa en Irán, cerca de la población de Tabriz.

En los últimos años se han sumado otras hipótesis, como la de Gary Greenberg, quien sugiere que el Génesis tiene un origen egipcio y que el jardín del Edén se ubicaba en Heliópolis, en las inmediaciones del rio Nilo. Por su parte, el investigador Michael S. Sanders asegura que toda la historia de la creación puede situarse en la zona entre el Mar Negro y el Monte Ararat. Basado en fotografías satelitales de esa región, afirma que la descripción biblica de la creación es "completa y literalmente muy precisa".

Otros investigadores más cautelosos, como Victor Hurowitz, profesor de estudios biblicos en la Universidad Ben-Gurion de Israel, afirma que "el jardín del Edén solo puede hallarse dentro de las páginas de la Biblia". Y cada vez existe un mayor consenso en el sentido de que el edén es unicamente un lugar mítico cuyo poder inspira e inquieta a la generaciones.
 
 

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