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viernes, 28 de octubre de 2011

Ágape Nocturno.


Llegado el momento, el rey Salomón dijo
a los obreros que tallaban la piedra:
tengo vino y pan, compartámoslos,
celebremos una fiesta juntos. Descenderé de mi trono
y todos los Hermanos deberán venir a este ágape,
¡Como Compañeros, ni más ni menos!

Enviemos presto una chalupa a Hiram de Tiro,
que nos asegura provisión y transporte
de tan hermosos árboles. Decidle que los Hermanos y yo
deseamos hablar con nuestros Hermanos que navegan por los mares,
y que seremos dichosos encontrándoles en nuestro ágape,
¡Como Compañeros, ni más ni menos!

Enviad también mensaje a Hiram Abif,
Gran Maestro de fraguas y minas:
yo mismo y los Hermanos vamos al ágape,
ya sea llevando ricos adornos o modestas vestiduras,
¡Como Compañeros, ni más ni menos!

Dios reservó a cada uno su sitio: al cedro majestuoso,
al modesto hisopo y a la morera silvestre, a la higuera
y al espino… ¡pero esto no es razón suficiente
para reprochar a un hombre que no haya llegado a ser
aquello a lo que no estaba necesariamente destinado!
Y a propósito de nuestro Templo, mantengo y afirmo:
¡Sólo somos Compañeros, ni más ni menos!

Así lo ordenó y así se hizo.
Y los Cortadores de Madera y los Masones de la Marca
vinieron con los simples marineros de la flota de Sidón
y los almirantes del Arca Real;
se sentaron, celebraron este ágape,
¡Como Compañeros, ni más ni menos!

En las canteras hace todavía más calor
que en las fraguas de Hiram,
nadie a salvo queda del látigo del vigilante.
Con harta frecuencia nieva en el paso del Líbano,
y sopla el viento siempre frente a la bahía de Jaffa.
Pero cuando llegó el momento, llevó el mensajero
la orden del rey Salomón: ¡olvídate de todo!
Seas mendigo, amigo de reyes
o par de príncipes, Hermano ¡olvídate de todo eso!
¡Compañero solamente! Y olvida lo demás.

Rudyard Kipling

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